Muere Óscar, el gato con patas biónicas que revolucionó la veterinaria
Óscar, el primer gato con patas biónicas, falleció a los 18 años dejando un legado que transformó la medicina veterinaria.

Óscar, el felino que cambió para siempre la forma en que la medicina veterinaria enfrenta los casos más complejos, murió a los 18 años en Inglaterra.
¿Quién fue Óscar, el gato biónico?
Su historia, marcada por la innovación y la resiliencia, dejó huella no solo en quienes lo cuidaron, sino en la comunidad científica internacional que vio en él un ejemplo de lo que la tecnología y la dedicación pueden lograr.
El caso de este gato comenzó en 2009, cuando con poco más de dos años sufrió un accidente grave, cuando una cosechadora le quitó las dos patas traseras, una situación en la que la mayoría de los animales no sobrevive o es sometida a eutanasia.
Sin embargo, su destino dio un giro inesperado gracias a la intervención del veterinario Peter Howarth, quien decidió trasladarlo a la clínica de un cirujano reconocido por sus técnicas experimentales.
¿Qué despertó la curiosidad por practicar un método nuevo en el cuerpo de Óscar?
Fue allí donde se llevó a cabo una cirugía que haría historia, pues durante tres horas, implantaron prótesis especialmente diseñadas para integrarse de forma permanente al hueso y la piel del animal.
Estos dispositivos, recubiertos con un componente llamado hidroxiapatita para favorecer la unión ósea, y contaban además con una estructura que permitía que la piel sellara el implante, evitando infecciones.

La intervención no solo devolvió la movilidad a Óscar, sino que marcó un antes y un después en la práctica veterinaria, reconocido por el Libro Guinness de los Récords en el año 2010, que lo nombró el primer animal en el mundo en recibir dos patas biónicas.
¿Cómo fue la recuperación y el resultado tras la intervención?
Con el tiempo, el felino aprendió a caminar de nuevo y pudo retomar su rutina, algo que sus dueños, consideraban casi imposible al inicio, su caso ganó relevancia internacional tras ser presentado en documentales y medios especializados, convirtiéndose en inspiración para otros veterinarios que comenzaron a aplicar técnicas similares en sus propios pacientes.
Óscar pasó de ser un paciente con pocas probabilidades de sobrevivir a un símbolo de superación y un ejemplo vivo de que la tecnología puede transformar vidas.

En 2013, una de sus prótesis sufrió daños, lo que obligó a realizar una segunda intervención para reemplazarla con un modelo más avanzado y nuevamente fue un éxito y continuando con una vida activa durante varios años más.
Hoy, su partida deja un vacío entre quienes lo conocieron, pero también un legado invaluable para la ciencia veterinaria.
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