¿Cuál es el origen del agüero de usar ropa amarilla en Año Nuevo? Este es su significado
Vestirse de amarillo en la noche del 31 de diciembre es una de las costumbres y agüero más populares para atraer buena suerte.
Existen diferentes creencias y rituales con la llegada de la víspera de Año Nuevo, algunos para la abundancia, el amor u otros aspectos de la vida diaria.
¿Por qué usar ropa amarilla en Año Nuevo?
En Colombia y otros países de América Latina, la llegada del Año Nuevo está rodeada de agüeros y tradiciones populares que buscan atraer buena suerte en el tema económico y laboral.
Comer doce uvas, salir a correr con la maleta, barrer la casa, las lentejas en el bolsillo o usar determinados objetos son algunas de las prácticas más conocidas.
Precisamente, una de las tradiciones predilectas por los colombianos es elegir el color de la ropa e incluso de las prendas interiores con la esperanza de que influya en el destino del nuevo año.

¿De dónde viene la tradición de utilizar ropa de color amarillo en Año Nuevo?
La tradición de usar ropa amarilla en Año Nuevo tiene raíces principalmente en costumbres populares de países de América Latina transmitida de generación en generación.
Aunque no responde a fundamentos científicos, sigue vigente como una expresión cultural cargada de significado, esperanza y expectativas personales.
El amarillo es uno de los colores más populares en la noche del 31 de diciembre y está asociado con el oro y el sol, por lo que representa prosperidad, abundancia y éxito económico, por esto, muchas personas lo eligen con la intención de atraer estabilidad financiera y nuevas oportunidades laborales.
¿Qué significado tienen otros colores como el rojo, blanco y verde en Año Nuevo?
Hay otros colores que las personas usan con fe y que tienen diferentes significados, como por ejemplo, el rojo, simboliza el amor, la pasión y la energía vital. En el imaginario colectivo, este color también representa fuerza y determinación.
El verde está ligado a la salud, la esperanza y el crecimiento personal. Su relación con la naturaleza lo convierte en un símbolo de renovación, equilibrio y bienestar físico y emocional.
Por su parte, el azul se asocia con la paz, la calma y la estabilidad. Quienes optan por este color suelen buscar un año más sereno, con menos conflictos y mayor armonía. El blanco representa los nuevos comienzos, la limpieza espiritual y la tranquilidad.
Otros colores también tienen su lugar en estas creencias populares. El morado simboliza transformación, espiritualidad y creatividad; el naranja, energía y entusiasmo; el rosa, amor propio y afecto; mientras que el negro, aunque a veces evitado, puede representar elegancia, fortaleza e independencia.
Más allá de la creencia, para muchos, elegir el color de la ropa no es solo un agüero, sino un acto simbólico que resume deseos, metas y expectativas para el futuro inmediato.
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