¿Por qué algunas personas evitan armar el árbol de Navidad? Expertos explican
Aunque para muchos armar el árbol es tradición, otros lo evitan por emociones, duelos o cansancio, puede decir mucho sobre tu estado emocional.
Para muchos la llegada de diciembre está marcada con la emoción de decorar la casa, prender las luces y levantar el árbol de Navidad, sin embargo, no todos sienten ese mismo impulso festivo.
Hay quienes prefieren dejarlo guardado evitando por completo vivir esta experiencia, por lo que algunos expertos han decidido exponer algunas teorías sobre estos casos.
¿Qué hay detrás de no querer armar el árbol de Navidad?
Según expertos en psicología, no solo se trata de un capricho sino una señal de que la relación con la navidad puede estar atravesada por emociones más profundas como recuerdos traumáticos o complejos, o nuevas dinámicas para vivir estas fechas.
A diferencia de los niños, cuando la fantasía es protagonista, en la etapa adulta trae consigo un cúmulo de experiencias que cambian su percepción, como la ausencia de seres queridos, conflictos familiares, estrés acumulado en el año y cansancio emocional.
Factores que influyen en ese deseo de participar de las tradiciones o actos relacionados a esta temporada.
¿Cuáles emociones pueden influir en esta decisión de no armar el árbol de navidad?
Algunos expertos expresan que la Navidad tiene un impacto emocional algo y funciona como una clase de espejo que refleja con más intensidad lo que se vivió durante todo un año.

Por eso existen algunas razones específicas que permiten entender por qué algunas personas podrían estar evadiendo armar su decoración navideña:
- Presión externa: Para quienes no atraviesan un buen momento, sentir que deben “verse bien” frente a los demás y eso genera incomodidad o rechazo hacia las celebraciones.
- Cansancio: Los últimos días del año suelen venir acompañados de cierres laborales, metas pendientes, compromisos económicos y exigencias sociales, por lo que armar un árbol se percibe como una carga adicional.
- Duelo: La falta de familiares o amigos, especialmente por distancia o fallecimiento, y evitar las celebraciones es una forma de autoprotegerse emocionalmente.
¿Cómo afrontar las fiestas navideñas sin caer en el duelo?
Para muchos lo más importante de la época es reconocer que no existe una forma “correcta” de vivir la Navidad, cada uno tiene un ritmo emocional y necesidades propias.
Como recomendación de algunos expertos se cree que es ideal planear con anticipación, organizar las actividades sin presiones y comunicarse de manera abierta con la familia para reducir la ansiedad.

También se recomienda enfocarse en los vínculos importantes en su círculo cercano y liberarse de expectativas impuestas como “tener que sentirse felices” todo el tiempo.
Más allá de la decoración, la Navidad puede ser una oportunidad para detenerse y escuchar las emociones, armar un árbol de navidad no define el espíritu navideño, pero es una invitación a analizar detenidamente las emociones desde el bienestar.
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