Hábitos y claves para lograr un sueño reparado, según los especialistas
Dormir no es solo cerrar los ojos, es crear rutinas y ambientes que preparen al cuerpo y la mente para un descanso de calidad.

A veces, aunque el cuerpo esté agotado, la mente no se desconecta y las horas pasan sin que llegue el descanso, y perder incluso una sola hora de sueño puede hacer que el día siguiente se vuelva pesado y afectar el estado de ánimo, la concentración y hasta la salud a largo plazo.
No es casualidad que los especialistas adviertan que la falta de sueño está relacionada con problemas cardíacos, diabetes, depresión e incluso deterioro cognitivo, la buena noticia es que existen hábitos simples y comprobados que pueden marcar la diferencia.
¿Por qué es importante cuidar los hábitos durante el día?
El sueño no empieza solo cuando apagas la luz, en realidad, se prepara desde el momento en que te levantas, el mantener horarios regulares para dormir y despertar ayuda al cuerpo a crear una especie de “reloj biológico” que facilita el descanso.
Otro factor clave es el ejercicio, hacer actividad física con frecuencia puede mejorar la calidad del descanso, siempre que no se haga justo antes de ir a la cama, ya que la energía extra puede retrasar el sueño.
¿Qué papel juegan las rutinas y el ambiente del dormitorio?
Tener una rutina nocturna es muy útil, no solo para los niños sino también para los adultos, leer, practicar estiramientos suaves o escuchar música relajante pueden convertirse en señales para que el cerebro entienda que es hora de desconectarse.
Eso sí, conviene evitar el alcohol, aunque al principio puede dar sueño, altera las fases profundas del descanso.

En cuanto al ruido, incluso sonidos bajos como el zumbido de un electrodoméstico pueden interrumpir el sueño, una opción práctica es usar tapones y mejorar el aislamiento del dormitorio.
¿Es recomendable recurrir a pastillas para dormir?
El uso de medicamentos para conciliar el sueño es un tema delicado, aunque existen suplementos que pueden ayudar en casos puntuales los especialistas recomiendan no usarlos de forma continua ni en niños, pues pueden generar efectos secundarios.

En resumen, dormir bien no se trata de un único secreto, sino de un conjunto de prácticas que, poco a poco, crean las condiciones ideales para descansar, escuchar al cuerpo, cuidar la rutina y preparar el ambiente son pasos sencillos que pueden devolvernos esas noches reparadoras que tanto necesitamos.
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