Paso a paso: te enseñamos a hacer ‘slime’ casero
El slime casero se ha convertido en una de las manualidades más populares entre padres e hijos.
La posibilidad de sentarse juntos en la mesa y convertir la cocina en un verdadero laboratorio creativo ha conquistado los corazones de grandes y chicos. Si tus hijos te están pidiendo hacer slime, aquí te contamos por qué debes decirles que sí y los beneficios que conlleva esta actividad.
En la actualidad, existen muchas formas de reinventar la receta clásica para hacer slime casero, utilizando materiales que solemos tener en casa. Hoy te presentamos tres recetas diferentes para que puedas crear un slime colorido junto a tus hijos, o incluso, dejar que ellos mismos lo hagan si tienen la destreza suficiente.
¿Cómo hacer slime casero? Te enseñamos tres sencillas recetas
La primera receta utiliza como base el detergente para lavar platos, un ingrediente común en muchos hogares. Solo necesitarás una cucharada sopera de detergente, una taza de bicarbonato de sodio y media taza de pegamento blanco con PVA.
Mezcla el pegamento con el detergente, añade agua y remueve bien. Luego, agrega el colorante y finalmente, añade el bicarbonato de soda y sigue removiendo hasta obtener una consistencia adecuada.
La segunda receta utiliza champú para el cabello como base. Con solo media taza de champú y azúcar, podrás crear un slime gomoso. Añade el champú en un recipiente de plástico y agrega azúcar hasta conseguir la textura deseada. Luego, guarda la mezcla en el congelador durante un par de horas para que espese.
Finalmente, la tercera receta emplea espuma de afeitar para darle una textura suave al slime. Necesitarás una taza de agua, una cucharadita de bicarbonato de sodio, 250 gramos de pegamento blanco escolar, una taza de espuma de afeitar y gel de baño perfumado. Mezcla todos los ingredientes en un bol grande y remueve hasta obtener la consistencia deseada.
Los beneficios de hacer slime casero junto a tus hijos
Además de ser una actividad divertida y creativa, hacer slime casero con tus hijos tiene varios beneficios. Estimula la motricidad fina, la imaginación y la concentración. También fomenta la experimentación y el aprendizaje científico, ya que los niños pueden observar cómo se combinan los ingredientes y cómo cambia la textura del slime.
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